martes, 3 de enero de 2012

La sopa, por Rosa Pastor Caballo

Este relato ha ganado el II Concurso Museo de la Palabra, dotado con 7000 euros. No está mal por cinco líneas, ¿eh?

LA SOPA

Nuestro padre solía morirse los domingos. Al principio nos lo tomábamos muy mal: avisábamos al médico, a la funeraria, nos vestíamos de negro, llorábamos… Pero luego, a fuerza de sustos nos acostumbramos, era su forma de vivir, y entre muerte y muerte la vida continuó a la espera de sus nuevas muertes. Su tenacidad para morirse no se debilitaba y una noche, en la cena, en una de sus muertes más teatrales arrastró a mamá con él. Y eso si fue serio porque ella, que no tenía imaginación, hundió la cabeza en la sopa y se murió.